Adolescentes y jóvenes

Nuestro centro cuenta con un programa de evaluación integral planificado según las características y necesidades de cada grupo etario. En las distintas etapas del proceso existe participación de nuestro equipo de  profesionales liderados por el  Neurólogo Infanto Juvenil. Este protocolo está diseñado para obtener la mayor cantidad de información posible respecto a la sospecha diagnóstica a través de entrevistas, observaciones,  aplicación de  cuestionarios, reportes multi contextuales e incluye  pruebas estandarizadas  como ADOS-2 y ADI-R. Este riguroso proceso permite entregar un resultado con mayor nivel de  certeza diagnóstica así como determinar otros especificadores, pesquisar comorbilidades y profundizar en diagnósticos diferenciales. A su vez permite  una mejor planificación de los apoyos e intervenciones  y que estos sean atingentes  y ajustada a los reales requerimientos del paciente.

• El proceso se inicia con una breve entrevista online con profesional coordinador que tiene el objetivo de explicar el proceso y solicitar antecedentes.
• Considerando los resguardos sanitarios de estos tiempos las atenciones se desarrollan a través de modalidad online pero algunas deben ser presenciales como el test de ADOS 2 y otras observaciones clínicas.
• Los casos se analizan en reunión clínica.
• El proceso finaliza con entrega de informe firmado además por Médico Neurólogo lo que permite validarlo ante instituciones educativas, de salud y sociales.

En este grupo etario se ofrecen los siguientes servicios:

Controles  Neurólogo Infanto Juvenil

En nuestro modelo el médico Neurólogo Infantil controla de manera periódica al paciente y  se encarga de:

• Controlar el proceso de intervención.
• Realizar educación a familias en consulta y/o
• Evaluar avances, controlar  y tratar comorbilidades propias de la condición.
• Solicitar exámenes si se requiere.
• Realizar derivaciones de manera oportuna.
• Enviar documentación e indicaciones  a los establecimientos educativos.

Este seguimiento directo tiene como resultado  disminuir las barreras,  optimizar recursos, educar y empoderar a la familia, lo que se traduce en mejores resultados de  los procesos terapéuticos y en los apoyos  recibidos en otros contextos del adolescente y joven.